Abadía de Westminster

La Abadía de Westminster o Iglesia colegiata de San Pedro de Westminster es una iglesia gótica del tamaño de una catedral. Es el lugar tradicional para las coronaciones y entierros de los monarcas ingleses. Está localizada en Westminster, Londres, al lado del Palacio de Westminster.

Carrera militar


Churchill se graduó en la Real Academia de Sandhurst. Se unió al ejército cuando tenía 21 años como subalterno en el regimiento IV de Húsares. Este regimiento estaba estacionado en Bangalore, India. Cuando llegó a la India sufrió un accidente que le dislocó el hombro, lo cual le provocó dolores y molestias durante el resto de su vida.

En la India la principal ocupación del regimiento de Churchill era jugar al polo. El equipo tuvo bastantes éxitos, siendo el primer regimiento del Sur de la India en ganar la Copa Inter-Regimientos. Churchill también dedicó bastante tiempo a cultivarse, leyendo gran cantidad de libros.

Durante el periodo en el que permaneció en la India, Churchill buscó la forma de tomar parte en los principales conflictos coloniales del imperio británico. En 1895 viajó a Cuba, donde observó los combates entre las tropas españolas y los rebeldes. El periódico Dayly Graphic financió su viaje a cambio de que escribiera artículos sobre lo que fuera viendo. Tuvo su primera experiencia en una guerra al verse expuesto al fuego cruzado de ambos bandos el día que cumplía 21 años. Aprovechó este viaje para visitar los Estados Unidos, siendo presentado a la sociedad de Nueva York por uno de los amantes de su madre, Bourke Cockran. En 1897 Churchill trató de ir a los Balcanes cuando estalló la guerra entre Turquía y Grecia, pero ésta terminó antes de que pudiera llegar. Siguió camino a Inglaterra para disfrutar de un permiso, pero mientras retornaba se inició la rebelión Pathan en la frontera noroeste de la India, por lo que regresó inmediatamente a la India para participar en dicha campaña.

El comandante de la expedición, Sir Bindon Blood, le prometió a Churchill que podría unirse a su ejército. La campaña contra los Pathans duró solamente seis semanas. Por otra parte, siguió escribiendo artículos para periódicos como The Pioneer y el Daily Telgraph. En octubre de 1897, Churchill regresó a Inglaterra y publicó su primer libro, The Story of the Malakand Field Force, en el que narra sus vivencias durante la campaña.

Si bien estaba estacionado en la India, Churchill se las arregló para obtener varios permisos. Cuando Lord Kitchener organizó la campaña para reconquistar Sudán, Churchill trató de unirse á su ejército, pero Kitchener se opuso. Churchill comenzó a mover todos sus contactos, incluyendo al entonces primer ministro, lord Salisbury. Finalmente Churchill logró su objetivo y se unió al regimiento 21º de lanceros (decisión que era competencia del ministerio de guerra, no de Kitchener). Simultáneamente trabajaba como corresponsal del Morning Post. En Sudán, participó en la batalla de Omdurmán, en la que se produjo la última carga de caballería de los británicos en esta guerra. En octubre de 1898 regresó a Inglaterra y comenzó a escribir The River War, obra de dos volúmenes publicada en 1899.

Ese mismo año, Churchill dejó el ejército y comenzó su carrera política. Se presentó como candidato conservador en el distrito electoral de Oldham, pero no logró ser elegido. Obtuvo la tercera posición en un distrito al que le correspondían únicamente dos representantes en el Parlamento.

El 12 de octubre de 1899 Churchill fue enviado como corresponsal del diario The Morning Post para cubrir la Segunda Guerra Anglo-Bóer. Ya en Sudáfrica, Churchill viajaba en un tren del Ejército Británico al mando de Aylmer Haldane. El tren fue descarrilado por los bóers. Churchill, a pesar que no era un combatiente, tomó el mando de la operación. Logró reparar la vía y la locomotora, así como la mitad de los vagones, los cuales transportaron a los heridos a una zona segura. Churchill no tuvo tanta suerte y fue hecho prisionero por los bóers y enviado al campo de prisioneros en que se habían convertido las Escuelas Modelo del Estado de Pretoria, junto con varios oficiales y soldados británicos.

Churchill escapó del campo. Sin embargo, se creó gran controversia, ya que se le acusaba de haber abandonado a Haldane. Más tarde se comprobó que éste no se atrevió a saltar las rejas del recinto. Una vez libre, Churchill recorrió 480 km hasta llegar a la bahía de Dalgagoa en Lourenco Marques, una colonia portuguesa. Contó con la ayuda de un administrador de minas inglés, que le proporcionó cobijo en una, y posteriormente lo escondió en un tren que salía del territorio controlado por los bóers. Esta aventura le proporcionó a Churchill cierta notoriedad durante algún tiempo, si bien en lugar de regresar a su país se dirigió a Durban y se unió al ejército del General Redvers Buller en su marcha para liberar la ciudades de Ladysmith y Pretoria. Esta vez, si bien seguía siendo corresponsal de guerra, Churchill obtuvo una comisión en la caballería ligera de Sudáfrica. Luchó en la Batalla de Spion Kop y fue uno de los primeros en entrar en Ladysmith y Pretoria. Churchill y su primo, el Duque de Marlborough, lograron ser los primeros en entrar en Pretoria, obteniendo la rendición de los guardias bóers que vigilaban el campo de prisioneros británicos en esa ciudad.

Los dos libros escritos por Churchill acerca de la guerra de los bóers, London to Ladysmith vía Pretoria e Ian Hamilton's March fueron publicados en mayo y octubre de 1900 respectivamente.

Los primeros años


Churchill era hijo de lord Randolph Churchill, tercer hijo del séptimo duque de Marlborough, y de la estadounidense Jennie Jerome, hija de un millonario americano, Leonard Jerome. Winston Churchill descendía de John Churchill, primer duque de Marlborough y era primo hermano del octavo duque.

La niñez de Churchill transcurrió principalmente en internados escolares, incluyendo el Headmaster's House del colegio de Harrow. Una anécdota interesante es que en su examen de admisión en la materia de latín, escribió el título de la materia, su nombre y el número 1 seguido de un punto y nada más, ya que no tenía idea de qué escribir. Fue aceptado a pesar de este desliz, si bien se le asignó en la división más atrasada del colegio donde principalmente se enseñaba inglés, materia en la cual siempre destacó. Actualmente en Harrow existe el premio Churchill que se otorga a ensayos en inglés.

En el tiempo de su estancia en Harrow, raramente era visitado por su madre, a la cual adoraba y a quién escribía cartas frecuentes pidiéndole que le visitara o que le permitieran viajar para visitarla. Siguió la carrera de su padre, pero apenas existió relación entre ellos. En una ocasión, en 1886, Churchill exclamó "mi padre es el canciller del Exchequer y algún día eso es lo que voy a ser yo". La experiencia de su solitaria y desolada niñez la llevó consigo por toda su vida.

Churchill no progresó mucho en Harrow, siendo regularmente castigado por su deficiente trabajo y su falta de dedicación. Tenía una personalidad independiente y rebelde y no logró alcanzar muchos méritos a nivel académico, suspendiendo diversas materias, excepto matemáticas e historia, en las cuales con frecuencia estaba colocado entre los mejores alumnos. Pero su negativa a estudiar los clásicos evitó cualquier mejora en Harrow.

El hecho de su fracaso en la escuela es algo que el mismo Chruchill propagó como un acto de rebeldía contra su padre. A pesar de todo esto, logró ser el campeón de esgrima de la escuela.

Winston Churchill

Sir Winston Leonard Spencer Churchill, KG, OM, CH, TD, FRS, PC (Can) (Palacio de Blenheim, 30 de noviembre de 1874 - Londres, 24 de enero de 1965) fue un estadista, historiador, escritor y orador británico. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1953. Se le concedió por sus obras históricas, sus artículos periodísticos y por sus brillantes discursos, que lo erigen como uno de los principales oradores del siglo XX.

Descendiente del duque del Marlborough e hijo de lord Randolph Churchill, destacado político conservador, tras estudiar en Harrow, se alistó en el ejército británico. Combatió en la India, en Sudán y en Sudáfrica. Aprovechó sus sucesivos destinos para trabajar como corresponsal, lo que le permitió financiar sus viajes. La popularidad que alcanzó le permitió dedicarse a la política.

En 1911 fue nombrado primer lord del Almirantazgo. Durante la Primera Guerra Mundial fue considerado uno de los responsables del desastre del desembarco de Gallípoli. Marchó al frente donde comandó una unidad de combate en primera línea. Tras ser eximido de su culpa por el parlamento, pasó a ser ministro de municiones. Hacia el final del conflicto sería ministro de guerra y ministro del aire.

Durante el período de entreguerras fue nombrado ministro de hacienda por Stanley Baldwin. Sin embargo, en los años treinta caería en desgracia debido a su oposición a la política de apaciguamiento seguida por los gobiernos conservadores y laboristas. El advenimiento de Hitler al poder no hizo más que aumentar sus advertencias.

Al empezar la Segunda Guerra Mundial volvió al gobierno. Fue nombrado de nuevo primer lord del Almirantazgo y, en mayo de 1940, fue elegido primer ministro, en sustitución de Neville Chamberlain, que dimitió tras el desastre de Noruega. El ejemplo de Churchill y su magnífica oratoria le permitieron mantener la cohesión espiritual del pueblo británico en las horas de prueba que significaron los bombardeos sistemáticos de Alemania sobre Londres y otras ciudades del Reino Unido. Finalmente, aunque los aliados ganaron la guerra, Churchill perdió las elecciones de 1945 ante el laborista Atlee.

En 1951 Churchill volvió a ser Primer Ministro, si bien delegó cada vez más tareas en sus ministros. En enero de 1955 dimitió por motivos de salud. Le sucedió en el cargo Anthony Eden. Al morir, en 1965, el pueblo británico le rindió un gran homenaje. Se celebró un funeral de estado, honor que durante el siglo XX solamente recibieron Lord Roberts y él.

Primer Ministro del Reino Unido

El Primer Ministro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (PMRUGBIN) (Prime Minister of the United Kingdom, en inglés; Prif Weinidogion y Deyrnas Unedig, en galés; Prìomhairean na Breatainne, en gaélico escocés) es el jefe de Gobierno del Reino Unido. Encabeza el Gobierno de Su Majestad y al igual que otros primeros ministros de la Commonwealth (que siguen la forma constitucional que se llama el sistema Westminster) ejercita, junto con los miembros de su gabinete, el poder ejecutivo del Gobierno Británico. El Primer Ministro ejercita los poderes que pertenecen teóricamente a Su Majestad la Reina. El actual primer ministro es Gordon Brown.

Normalmente el Primer Ministro es líder del partido político más grande en la Cámara de los Comunes, en la actualidad el Partido Laborista.

Parlamentarismo

El parlamentarismo, también conocido como sistema parlamentario, es un mecanismo en el que la elección del gobierno (poder ejecutivo) emana del parlamento (poder legislativo) y es responsable políticamente ante éste. A esto se le conoce como principio de confianza política, en el sentido de que los poderes legislativo y ejecutivo están estrechamente vinculados, dependiendo el ejecutivo de la confianza del parlamento para subsistir.

El Pacífico (abril de 1941 – junio de 1943)

Hitler ocultó a los japoneses su plan de invadir la Unión Soviética. La URSS, temiendo una guerra en dos frentes, decidió hacer la paz con Japón. El 13 de abril de 1941, la URSS y Japón firmaron el Pacto de Neutralidad Soviético-Japonés, permitiendo que los japoneses concentrasen su atención en la inminente guerra en Asia y el Pacífico.

En el verano de 1941, los Estados Unidos, el Reino Unido, y Holanda comenzaron un embargo de petróleo contra el Japón, amenazando con impedir su capacidad para librar una guerra importante tanto en el mar como en el aire. Sin embargo, las fuerzas japonesas continuaron avanzando hacia el interior de China. Durante los meses de verano, Japón trató de sondear las posibilidades de lograr que los Estados Unidos levantasen el embargo de petróleo contra el imperio nipón. La respuesta estadounidense fijaba como condición sine qua non la retirada de las tropas japonesas en China. Rechazando estas condiciones, Japón planeó un ataque sobre Pearl Harbor para mermar gravemente a la Flota del Pacífico de los Estados Unidos, y después apoderarse de los campos de petróleo de las Indias Orientales Neerlandesas.

El primer ministro, príncipe Fumimaro Konoe, era muy reticente a iniciar una guerra contra los Estados Unidos y los países de la Commonwealth. Sin embargo, el emperador Hirohito se inclinó finalmente por las tesis del sector más belicista, como el propio Konoe admitiría ante su jefe de gabinete, Kenji Tomita.[19] Ante su aislamiento en el Gobierno y la falta de apoyo del emperador, Konoe se vio forzado a dimitir el 16 de octubre de 1941. Para reemplazarlo, Hirohito eligió, de acuerdo con la recomendación del Señor del Sello Privado, Koichi Kido, al hasta entonces ministro de la Guerra, general Hideki Tōjō, una de las figuras más destacadas del sector belicista, encargándole la organización del ataque contra la flota estadounidense en el Pacífico. El 1 de diciembre, en una Conferencia Imperial celebrada en Tokio, Hirohito dio su aprobación oficial al comienzo de la guerra.

El 7 de diciembre, Japón lanzó ataques por sorpresa, prácticamente simultáneos, contra Pearl Harbor, Tailandia y los territorios británicos de Malaya y Hong Kong. Una flota de portaaviones japoneses lanzó un ataque aéreo por sorpresa sobre Pearl Harbor. El ataque destruyó la mayor parte de los aviones estadounidenses de la isla y dejó fuera de combate a la principal Flota de Batalla estadounidense (tres acorazados fueron hundidos, y cinco más gravemente dañados, aunque solo se perdieron definitivamente el USS Arizona y el USS Oklahoma, los otros seis acorazados fueron reparados y pudieron regresar al servicio activo). Sin embargo, los cuatro portaaviones estadounidenses (que eran el principal objetivo del ataque japonés) estaban fuera, en alta mar. En Pearl Harbor, el muelle principal, las instalaciones de suministro y de reparación fueron reparadas rápidamente. Más aún, las instalaciones para el almacenaje de combustible de la base, cuya destrucción habría dejado gravemente mermada a la flota del Pacífico, fueron dejadas intactas. El ataque unió a la opinión pública estadounidense pidiendo venganza contra el Japón. Al día siguiente, el 8 de diciembre, los Estados Unidos declararon la guerra al Japón.
A la vez que atacaban Hawai, los japoneses atacaron la isla de Wake, un territorio estadounidense en el Pacífico Central. El intento de desembarco inicial, fue rechazado por la guarnición de Marines, y una resistencia muy dura continuó hasta el 23 de diciembre. Los japoneses enviaron un gran número de refuerzos, y la guarnición se rindió cuando estuvo claro que no estaba viniendo ninguna fuerza de auxilio estadounidense.

Japón también invadió las Filipinas, un protectorado de los Estados Unidos, el 8 de diciembre. Las fuerzas estadounidenses y filipinas, bajo el mando del General Douglas MacArthur, fueron forzadas a retirarse a la Península de Batán. Una fiera resistencia continuó hasta abril, comprando un tiempo precioso para los Aliados. Después de su rendición, los supervivientes fueron conducidos a la Marcha de la Muerte de Batán. La resistencia Aliada continuó por un mes más en la isla fortaleza de Corregidor, hasta que también se rindieron. El General MacArthur, al que se le había ordenado retirarse a Australia, prometió: «Volveré».

Un desastre golpeó a los británicos el 10 de diciembre, cuando perdieron 2 barcos de guerra importantes, el HMS Prince of Wales y el HMS Repulse. Ambos buques fueron atacados por 85 bombarderos y torpederos japoneses con base en Saigón, en la Indochina francesa, y 840 marineros británicos perecieron. Winston Churchill dijo acerca del suceso: «En toda la guerra, nunca recibí un golpe más directo».

Alemania declaró la guerra a los Estados Unidos el 11 de diciembre, aunque no estaba obligada a hacerlo bajo el acuerdo del Pacto Tripartito. Hitler esperaba que Japón apoyaría a Alemania atacando a la Unión Soviética. Japón no lo hizo porque había firmado un tratado de no agresión, prefiriendo concentrarse en expandir su imperio en China, Sudeste de Asia, y el Pacífico. Más que abrir un segundo frente sobre la URSS, el efecto de la declaración de guerra alemana fue el de borrar cualquier oposición significativa dentro de los Estados Unidos, para unirse a la lucha en el Teatro Europeo.

Los Aliados fueron creados oficialmente a través de la Declaración de las Naciones Unidas el 1 de enero de 1942. Poco después se formó el Mando Estadounidnese-Británico-Holandés-Australiano, en inglés (ABDACOM), para unificar las fuerzas Aliadas en el Sudeste de Asia. Fue el primer mando supremo Aliado de la guerra.

Las fuerzas navales ABDACOM casi fueron destruidas en la Batalla del Mar de Java, la batalla naval más grande de la guerra hasta ese momento, desde el 28 de febrero hasta el 1 de marzo. El mando conjunto se acabó poco después, para reemplazarse por tres mandos supremos Aliados en el Sudeste de Asia y en el Pacífico.

En abril, la incursión Doolittle, la primera incursión aérea Aliada sobre Tokio, levantó la moral en los Estados Unidos e hizo que Japón gastase recursos en la defensa de la tierra madre, pero causó poco daño real.

A principios de mayo, los japoneses empezaron a realizar la Operación Mo, un plan para conquistar Port Moresby, en Nueva Guinea. El primer paso fue abortado por las marinas de los Estados Unidos y de Australia en la Batalla del Mar del Coral. Esta fue la primera batalla que se luchó entre portaaviones, y la primera batalla donde las flotas enemigas nunca tuvieron contacto visual directo entre ellas. El portaaviones estadounidense Lexington fue hundido y el Yorktown gravemente dañado, mientras que los japoneses perdieron el portaaviones ligero Shōhō y el gran portaaviones Shōkaku sufrió daño moderado. El Zuikaku perdió la mitad de su complemento aéreo, y junto con el Shōkaku, fue incapaz de participar en la consiguiente batalla en Midway. La batalla fue una victoria táctica para los japoneses, ya que infligieron más pérdidas sobre la flota estadounidense que las sufridas por ellos, pero fue una victoria estratégica estadounidense, ya que el ataque japonés sobre Port Moresby fue rechazado.

En los seis meses siguientes a Pearl Harbor, los japoneses habían conseguido casi todos sus objetivos navales. Su flota de 11 acorazados, 10 portaaviones, 18 cruceros pesados y 20 ligeros, permanecía relativamente intacta. Habían hundido o dañado de manera importante todos los acorazados de Estados Unidos en el Pacífico. Las flotas británica y holandesa del Lejano Oriente habían sido destruidas, y la Real Armada Australiana, había sido rechazada hacia sus puertos de origen.[20] Su anillo de conquistas se cimentaba en un perímetro defensivo de su elección, que se extendía desde el Pacífico Central hasta Nueva Guinea y Birmania.

La única fuerza estratégica aliada de importancia, que permanecía oponiéndose a todo esto, era la base naval de Pearl Harbor, incluyendo los tres portaaviones de la Flota del Pacífico de los Estados Unidos. Ambos bandos veían como algo inevitable una batalla decisiva entre portaaviones, y los japoneses confiaban en que si mantenían una ventaja numérica de 10:3 en portaaviones pesados, obtendrían la victoria.[21] También tenían un avión excelente basado en los portaaviones, el Zero. Los japoneses enviaron una flota hacia la Isla de Midway, una isla periférica de las Islas Hawai, con el objetivo de atraer lo que quedaba de la flota estadounidense a una batalla decisiva. El 5 de junio, bombarderos estadounidenses basados en portaaviones avistaron la fuerza japonesa y hundieron 4 de sus mejores portaaviones durante la Batalla de Midway, a un coste de un solo portaaviones, el Yorktown. Esta fue una victoria muy importante para los Estados Unidos, y marcó el punto de inflexión en la guerra del Pacífico. La capacidad estadounidense en la construcción de barcos y aviones superaba ampliamente a la japonesa, y la flota japonesa nunca disfrutaría otra vez de tal superioridad numérica.

En julio, los japoneses intentaron un ataque por tierra sobre Port Moresby, a lo largo del sendero Kokoda, un sendero de tierra, en fila india, a través de la jungla y las montañas. Un batallón australiano, que estaba esperando el regreso de las unidades regulares desde el Norte de Africa y la llegada del ejército estadounidense, superado en número y mal equipado y entrenado, libró una lucha en retirada contra una fuerza japonesa de 5.000 hombres.

Frente oriental (abril de 1941 – enero de 1942)

La batalla de Grecia y la Invasión de Yugoslavia retrasaron la invasión alemana seis semanas críticas, como posteriormente se puso de manifiesto. Tres Grupos de Ejército alemanes, junto con otras unidades militares del Eje, que en total hacían unos 3,5 millones de hombres, se lanzaron a la invasión de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941. El Grupo de Ejércitos Norte estaba desplegado en Prusia Oriental y estaba compuesto por los ejércitos de infantería 18º y 16º y un ejército Panzer, el 4º al mando de los generales Busch, Von Küchler y Hoepner, todos bajo las órdenes del mariscal Ritter Von Leeb, apoyados por la 1° flota aérea del general Koller totalizando 450.000 combatientes del Eje. Sus objetivos principales eran el asegurar los estados bálticos y tomar Leningrado. Oponiéndose al Grupo de Ejércitos Norte estaban tres Ejércitos soviéticos compuestos por 450.000 hombres en un principio, pero con las nuevas movilizaciones se aumentó el número a 600.000 al mando del mariscal Voroshilov. Los alemanes lanzaron sus 600 tanques contra el punto de contacto de los dos Ejércitos soviéticos en ese sector. El objetivo del 4º Ejército Panzer era cruzar los ríos Niemen y Dvina, que eran los dos mayores obstáculos en la ruta hacia Leningrado. En el primer día, los tanques cruzaron el río Niemen y penetraron 80 kilómetros. Cerca de Rasienai, los Panzers fueron contraatacados por 300 tanques soviéticos. Los alemanes tardaron 4 días en rodear y destruir a los tanques soviéticos. Los Panzers, cruzaron después el Río Dvina cerca de Dvinsk.
Los alemanes estaban ahora a una distancia suficiente como para atacar Leningrado; sin embargo, Hitler ordenó a los Panzers mantener su posición mientras los Ejércitos de infantería los alcanzaban. Las órdenes de mantener la posición durarían cerca de una semana, dando tiempo suficiente a los rusos para que fortaleciesen sus defensas alrededor de Leningrado. Los rusos recibieron apoyo de la flota soviética del Báltico, hasta que los Stukas alemanes lograron hundir a los acorazados Marat y Revolución de Octubre. Después de que Hitler dio la orden de ataque el 4° ejército Panzer trató de perforar la plaza desde el 10 de agosto hasta el 8 de septiembre. Voroshilov movilizó a toda la población civil para evitar que la ciudad cayera lo cual consiguió con enormes pérdidas que oscilan entre 500.000 y 1.500.000 de bajas en el bando soviético solamente.

El Grupo de Ejércitos Centro estaba desplegado en Polonia y comprendía a los ejércitos 9º, al mando del general Strauss, 4º, al mando del general Von Kluge, al 2º, comandado por el general Von Weichs, y dos ejércitos Panzer, el 2º y el 3º, bajo las órdenes de los generales Guderian y Hoth respectivamente, todos a su vez dirigidos por el mariscal Fedor von Bock. Su objetivo principal era la captura de Moscú. Oponiéndose al Grupo de Ejércitos del Centro estaban cuatro Ejércitos soviéticos con 3500 tanques, bajo el mando del mariscal Timoshenko. Los rusos ocupaban un saliente que se introducía en territorio alemán con su centro en Bialystok. Más allá de Bialystok, estaba Minsk que era un nudo de ferrocarriles clave y que guardaba la principal autopista a Moscú. El 3º Ejército Panzer penetró a través de la unión de los dos Ejércitos soviéticos desde Prusia y cruzó el río Niemen, y el 2º Ejército Panzer cruzó el río Bug desde el sur para lo cual se emplearon 80 tanques capaces de caminar bajo el agua. Mientras atacaban los Panzers, los ejércitos de infantería golpeaban en el saliente y rodeaban a las tropas rusas en Bialystok. El objetivo de los Ejércitos Panzer era encontrarse en Minsk e impedir una retirada rusa. El 27 de junio, tras 5 días de operaciones, los Ejércitos Panzer II y III se encontraron en Minsk habiendo avanzado 350 kilómetros en territorio soviético. En la enorme bolsa entre Minsk y la frontera polaca estaban rodeadas 32 Divisiones de Infantería soviéticas y 8 Divisiones de tanques, totalizando 400.000 soldados soviéticos con más de 3.500 tanques (tres veces más que los atacantes) y 2.000 cañones que fueron atacados sin piedad envueltas en un triángulo que inicialmente tenía 300 km. de lado.

La batalla de cerco duró 14 días, del 27 de junio al 10 de julio, y al desplomarse la resistencia fueron capturados 323.898 soldados rusos, aunque consiguieron escapar unos 250.000 más, capturaron o destruyeron 3.332 tanques y 1.909 cañones (más del total de tanques enviados a la lucha por Francia); el aniquilamiento de esa cantidad de material blindado dio confianza al mando alemán, ya que los tanques disponibles de Alemania para la invasión de Rusia eran solamente 2.434, y se creyó que se había logrado acabar con la mayoría del blindaje ruso, lo que en realidad era falso, pues el Ejército Rojo tenía una imponente masa de 20.000 máquinas para 1941, aunque debemos matizar que el 92% de esos carros eran viejos tanques de los años 30 que en la primera semana se averiaron casi el 50% de ellos debidos a problemas mecánicos, donde el 90% de los T-35 se averiaron sin luchar, sólo un 5% eran T-34s y un 3% KV-1s. En ese mismo tiempo la Luftwaffe había organizado 2800 aviones en tres flotas comandados por Loehr, Kesselring y Keller. En los primeros días de lucha numerosas escuadrillas de tres bombarderos se internaron en suelo ruso volando casi a ras de suelo y sin cruzar ciudades para atacar los principales aerodrómos en un radio de 300 kilómetros. En esos dos primeros días de lucha se reportaron 2700 aviones derribados o destruidos en sus bases, pero tras ocupar los aeródromos por tierra se comprobó que fueron destruidos 2700 aparatos, de los cuales unos 1800 en el primer día.

El Grupo de Ejércitos Sur estaba desplegado al sur de Polonia y Rumanía y estaba compuesto por los ejércitos 6º, 11º, y 17º, y un Ejército Panzer, el 1º, junto con dos Ejércitos rumanos y varias divisiones italianas, croatas, eslovacas y húngaras. Su objetivo era asegurar los campos petrolíferos del Cáucaso. En el sur, los comandantes rusos habían reaccionado rápidamente al ataque alemán y sus fuerzas de tanques superaban con mucho a las alemanas. Oponiéndose a los alemanes en el sur había tres Ejércitos soviéticos. Los Alemanes golpearon en los puntos de contacto de los tres Ejércitos soviéticos, pero el 1º Ejército Panzer golpeó justo a través del Ejército soviético con el objetivo de capturar Brody. El 26 de junio, cinco Cuerpos mecanizados soviéticos con unos 1.000 tanques montaron un contraataque masivo contra el 1º Ejército Panzer. La batalla fue una de las más feroces de la invasión, durando 4 días. Al final de la misma los alemanes resultaron vencedores, pero los rusos inflingieron duras pérdidas al 1º Ejército Panzer. Con el fracaso de la ofensiva blindada soviética, se habían acabado las últimas fuerzas substanciales de tanques rusos.

El 3 de julio, apenas terminada la batalla de Bialystock-Minsk Hitler dio su consentimiento a los Panzers para que relanzasen su empuje hacia el este, después que los ejércitos de infantería los hubiesen alcanzado. Fedor von Bock lanzó la vanguardia de sus 9 divisiones blindadas y sus 7 motorizadas, seguidas por 35 divisiones de infantería hacia el frente. A las orillas del río Beresina los alemanes se enfrentaron a un nuevo tipo de tanque soviético desconocido hasta entonces. Era el T-34, con coraza frontal de 4,5 centímetros de blindaje inclinado y cañón de 76,2 mm. de diámetro, eficaz a 1500 m. Los efectivos de la 18a. división blindada de Guderian se enfrentaron a él, pasando serias dificultades antes de descubrir que tenía una mala visibilidad por detrás y una comunicación por radio deficiente (no solía haber radio y se hacían señas a los otros carros). Iguales dificultades pasaron al repeler al tanque pesado KV-1, mejor blindado que el T-34.Después de la sorpresa se destruyeron varias unidades soviéticas encabezadas por el VIII Cuerpo de Ejército, en la que militaba el hijo de Stalin Jacobo Djugashvili el cual fue hecho prisionero. A pesar de todo, Stalin se negó a hacer un trato con los nazis para el intercambio de su hijo.

El siguiente objetivo del Grupo de Ejércitos Centro sería la ciudad de Smolensk que dominaba la carretera a Moscú. Enfrente de los alemanes estaban las fortificaciones no concluidas de la Línea Stalin, apoyadas sobre el río Dnieper, y al perforarla consiguieron capturar Perekov. El 6 de julio, los soviéticos lanzaron un ataque con 700 tanques contra el 3º Ejército Panzer. Los alemanes, usando su abrumadora superioridad aérea en calidad, ya que los soviéticos poseían la flota más numerosa de todas las naciones, pero sus cazas J-15 y sus bombarderos relativamente lentos y de los más diversos modelos, no podían competir contra los Messerschmitt 109 ni contra los Stukas Junker-87 más rápidos. El 2º Ejército Panzer cruzo el río Dnieper y se acercó a Smolensk desde el sur, mientras que el 3º Ejército Panzer, después de derrotar el contraataque soviético, se aproximó a Smolensk desde el norte. Tres Ejércitos soviéticos quedaron atrapados entre sus pinzas. El 26 de julio, los Panzers cerraron la trampa y entonces comenzó la eliminación de la bolsa, cogiendo 310.000 prisioneros rusos, 3205 tanques y 3210 cañones, de un total de 3600 tanques, 3500 cañones y 460.000 combatientes rusos. Hitler ahora, se vio en un dilema: sus generales querían continuar con el empuje hacia Moscú, el problema para continuar con la ofensiva del sector central, era que en el Sur los ejércitos comandados por Von Rundstedt se encontraban atascados a la entrada de Kiev, donde el mariscal Budenny tenía cinco ejércitos con más de 700.000 hombres, parapetados en poderosas defensas, y otro ejército soviético se encontraba en la región de Gómel con más de 100.000 hombres; este conjunto de tropas preocupaba a Hitler, ya que las líneas de abastecimiento de los ejércitos de Von Bock se encontraban demasiado extendidas. Tanques del Grupo de Ejércitos Centro fueron desviados en apoyo de los Grupos de Ejércitos Norte y Sur. Los generales de Hitler se opusieron vehementemente a esta medida, ya que Moscú se encontraba sólo a 350 kilómetros del Grupo de Ejércitos Centro y el grueso del Ejército Rojo estaba desplegado en ese sector y solamente un ataque allí tenía esperanzas de acabar la guerra rápidamente. Pero Hitler fue inflexible y los tanques del Grupo de Ejércitos Centro se fueron y reforzaron al 4º Ejército Panzer en el norte, atravesando las defensas soviéticas el 8 de agosto, estando al final de agosto a sólo 50 Kilómetros de Leningrado. Mientras tanto los finlandeses habían atacado hacia el sudeste, a ambos lados del Lago Ladoga, alcanzando la antigua frontera soviética.

En el Sur a mediados de julio, más allá de los Pantanos de Pinsk, los Alemanes se habían quedado a sólo unos pocos kilómetros de Kiev. El 1º Ejército Panzer entonces fue hacia el Sur, mientras que el 17º Ejército alemán, que estaba en el flanco sur del 1º Ejército Panzer, golpeó hacia el este y entre los dos atraparon tres Ejércitos soviéticos cerca de Uman. Cuando los alemanes eliminaron la bolsa, los tanques giraron hacia el norte y cruzaron el Dnieper, mientras tanto el 2º Ejército Panzer que había sido desviado del Grupo de Ejércitos Centro por orden de Hitler había cruzado el río Desna con el 2º Ejército en su flanco derecho. Los dos ejércitos Panzer atraparon ahora 4 Ejércitos soviéticos y partes de otros dos. El embolsamiento de las fuerzas soviéticas en Kiev fue conseguido el 16 de septiembre. Los rodeados soviéticos no abandonaron fácilmente, siguió una batalla salvaje que duró 10 días, después de la cual los alemanes declararon que habían capturado 600.000 soldados rusos. Hitler la llamó la batalla más grande de la historia. Después de Kiev, los alemanes no estaban superados en número por el Ejército Rojo, y los Rusos no tenían más reservas. A Stalin le quedaban 800.000 hombres para defender Moscú.

El 9 de septiembre, el Grupo de Ejércitos Norte llegó a 11 kilómetros de Leningrado, pero Hitler ordenó que Leningrado fuese asediado. Sin embargo, una pequeña ruta improvisada entre un bosque, permitió el paso de suministros a la ciudad. Los soviéticos estaban montando cada vez más ataques contra el Grupo de Ejércitos Centro pero faltándoles sus tanques, no estaban en posición de tomar la ofensiva. Hitler había cambiado de opinión y decidido que los tanques se devolviesen al Grupo de Ejércitos Centro para su empuje total hacia Moscú. La Operación Typhoon, el empuje hacia Moscú, comenzó el 2 de octubre. Frente al Grupo de Ejércitos Centro estaban una serie de elaboradas líneas de defensa. Los alemanes penetraron fácilmente la primera línea de defensa cuando el 2º Ejército Panzer, volviendo desde el sur, tomó Orel que estaba 110 kilómetros detrás de la primera línea rusa de defensa. Los alemanes entonces empujaron hacia dentro y en el vasto embolsamiento cogieron a 663.000 prisioneros rusos. Los rusos solo tenían ahora 90.000 hombres y 1500 tanques para la defensa de Moscú.

Casi desde el principio de la Operación Typhoon el clima se había ido deteriorando continuamente, haciendo más lento el avance alemán sobre Moscú, hasta llegar a ser de 3 kilómetros diarios. El 31 de octubre, el Alto Mando del Ejército alemán ordenó un alto en la Operación Typhoon para que los ejércitos pudiesen reorganizarse. La pausa dio tiempo a los soviéticos para construir nuevos ejércitos y traer las tropas soviéticas desde el este, cuando el Pacto de Neutralidad firmado por soviéticos y japoneses en abril de 1941, le aseguraba a Stalin que ya no sería amenazado por los japoneses por más tiempo.

El 15 de noviembre, los alemanes comenzaron una vez más el ataque sobre Moscú. Enfrente de los alemanes estaban 6 Ejércitos Soviéticos. Los alemanes intentaron que los Ejércitos Panzer III y IV cruzaran el Canal de Moscú y rodearan Moscú desde el nordeste. El 2º Ejército Panzer atacaría Tula y después se acercaría a Moscú desde el sur y el 4º Ejército golpearía en el centro. Sin embargo, el 22 de noviembre, las tropas siberianas soviéticas fueron lanzadas sobre el 2º Ejército Panzer en el sur, e infligieron una sorprendente derrota sobre los alemanes. El 4º Ejército Panzer tuvo éxito en cruzar el Canal de Moscú y el 2 de diciembre había penetrado hasta 25 kilómetros del Kremlin. Pero para entonces empezaron las primeras tormentas del invierno, y la Wehrmacht no estaba equipada para la guerra de invierno. La congelación y la enfermedad habían causado más bajas que el combate; los muertos y heridos ya habían alcanzado un número de 155.000 en 3 semanas. Las divisiones estaban a una fuerza del 50% y el amargo frío había causado grandes problemas a los cañones y al equipo; muchos ataques soviéticos eran producidos muy temprano, dado que las armas alemanas no funcionaban a tan bajas temperaturas, mientras que las de los soviéticos sí. Las condiciones climatológicas hacían que la Luftwaffe estuviese en tierra. Las tropas soviéticas recién reclutadas cerca de Moscú, hacían un número de cerca de 500.000 hombres, y Zhukov el 5 de diciembre lanzó un contraataque masivo que empujó a los alemanes hacia su frontera cerca de 325 kilómetros, pero no consiguió una brecha definitiva. La invasión de la Unión Soviética había costado hasta ahora a los alemanes unos 250.000 muertos y 500.000 heridos, así como gran parte de sus tanques.

El Mediterráneo (abril de 1940 – mayo de 1943)

El control del sur de Europa, el Mar Mediterráneo y de África del Norte era importante debido a que el Imperio Británico dependía del tráfico marítimo a través del Canal de Suez. Si el canal caía en las manos del Eje o si la Royal Navy perdía el control del Mediterráneo, entonces el transporte entre el Reino Unido, la India, y Australia tendría que efectuarse alrededor del Cabo de Buena Esperanza, un incremento de miles de millas.

Así, tras la rendición francesa, los británicos atacaron a la Armada Francesa anclada en el Norte de África en julio de 1940, por temor a que pudiese caer en manos alemanas, incrementando así su potencial naval y dificultando la posición británica. Esto contribuyó a un distanciamiento en las relaciones anglo-francesas durante los años siguientes. Con la flota francesa destruida, la Royal Navy combatió contra la flota italiana por la supremacía en el Mediterráneo desde sus fuertes bases en Gibraltar, Malta y Alejandría (Egipto). En África, las tropas italianas invadieron y capturaron la Somalilandia Británica en agosto.

Italia invadió Grecia el 28 de octubre de 1940, desde Albania, entonces ocupada por Italia, pero fue rechazada rápidamente. A mediados de diciembre, el ejército Griego avanzó incluso hacia el sur de Albania, ocupando así en la campaña a 530.000 soldados italianos. Mientras tanto, en cumplimiento de la garantía británica dada a Grecia, la Royal Navy atacó a la flota italiana el 11 de noviembre de 1940. Aviones torpederos partidos desde los portaaviones británicos atacaron a la flota italiana en Tarento, un puerto del sur. Un acorazado fue hundido y se pusieron temporalmente fuera de servicio otros buques. El éxito de los torpedos aéreos en Tarento, fue visto con mucho interés por el jefe naval japonés, Isoroku Yamamoto, que estaba ponderando los medios para neutralizar a la Flota del Pacífico de los Estados Unidos. La Grecia continental, cuyas mejores tropas se habían desgastado en contra de Italia en Albania, cayó eventualmente ante una invasión alemana desde el nordeste, a través de Bulgaria.

Las tropas italianas pasaron Egipto desde Libia para atacar las bases británicas en septiembre de 1940, comenzando así la Campaña en África del Norte. El objetivo era la captura del Canal de Suez. Las fuerzas británicas, indias, y australianas contraatacaron en la Operación Compass, que terminó en 1941, cuando numerosas fuerzas australianas y de Nueva Zelanda (ANZAC) fueron transferidas a Grecia para defenderla del ataque alemán. Las fuerzas alemanas (conocidas más tarde como el Afrika Korps) bajo el mando del general Erwin Rommel desembarcaron en Libia en febrero de 1941 para renovar el asalto contra Egipto.

Alemania también invadió Creta, operación importante por el uso a gran escala de las tropas paracaidistas alemanas. Creta estaba defendida por unos 11.000 griegos y 28.000 tropas ANZAC, que habían escapado hacía poco de Grecia sin su artillería y sus vehículos. Los alemanes atacaron los tres aeropuertos principales de las isla en Maleme, Rétino y Candía. Después de un día de lucha, no se había alcanzado ninguno de los objetivos y los alemanes habían sufrido bajas devastadoras. Los planes alemanes estaban en desorden y el comandante alemán, el general Kurt Student, estaba contemplando el suicidio. Durante el día siguiente, gracias a la mala comunicación y del fallo de los comandantes Aliados en comprender la situación, el aeropuerto de Maleme en el oeste de Creta cayó en poder de los alemanes. La pérdida de Maleme hizo que los alemanes pudiesen hacer llegar refuerzos pesados transportados en avión con los que arrollar a las fuerzas Aliadas en la isla. Sin embargo, en vista de las fuertes bajas sufridas por los paracaidistas, Hitler prohibió realizar más operaciones aerotransportadas.
En el norte de África, las fuerzas de Rommel avanzaron rápidamente hacia el este, poniendo sitio al vital puerto de Tobruk. Fueron derrotados dos intentos Aliados por liberar Tobruk, pero una ofensiva mayor a fines de año (Operación Crusader) rechazó a las fuerzas de Rommel después de intensos combates.

La guerra entre las armadas Aliada e italiana cambió decisivamente a favor de los Aliados el 28 de marzo de 1941, cuando los barcos del almirante Andrew Browne Cunningham encontraron a la flota principal italiana al sur del Cabo Matapán, en el extremo sur de la Grecia continental. Con un coste de un par de aviones derribados, los Aliados hundieron cinco cruceros italianos y tres destructores, y dañaron al moderno acorazado Vittorio Veneto. La Marina italiana fue anulada como fuerza de combate y la tarea Aliada de transportar tropas a través del Mediterráneo hacia Grecia se vio facilitada.

El 6 de abril de 1941, fuerzas alemanas, italianas, húngaras y búlgaras invadieron Yugoslavia, acabando con la rendición del ejército yugoslavo el 17 de abril y con la creación de un estado títere en Croacia y Serbia. También el 6 de abril, Alemania invadió Grecia desde Bulgaria. El ejército griego defendiendo la línea Metaxas, fue superado en número y en capacidad de maniobra por el rápido avance alemán a través de Yugoslavia y colapsó. Atenas cayó el 27 de abril, aunque el Reino Unido consiguió evacuar unos 50.000 soldados, especialmente a Creta.

La resistencia comenzó en Yugoslavia a mediados de 1941, centrada en dos movimientos: los partisanos comunistas, AVNOJ, liderados por Tito, y el grupo realista Chetniks, liderado por Draza Mihailovic. Los dos grupos paramilitares cooperaron brevemente en 1941, pero se enfrentaron pronto, cuando los chetniks asumieron un papel más ambivalente, poniéndose frecuentemente del lado de las fuerzas de ocupación, y en contra de los comunistas.

En abril-mayo de 1941, hubo una corta guerra en Iraq que resultó en una renovación de la ocupación británica. En junio, fuerzas Aliadas invadieron Siria y el Líbano, y capturaron Damasco el 17 de junio. Más tarde, en agosto, tropas del Reino Unido y del Ejército Rojo ocuparon el neutral Irán, asegurando su petróleo y una línea de suministro por el sur para la Unión Soviética.

Al comienzo de 1942, las fuerzas Aliadas en el norte de África fueron debilitadas al mandar destacamentos al Lejano Oriente. Rommel una vez más recapturó Bengasi. Entonces derrotó a los Aliados en la Batalla de Gazala y conquistó Tobruk, haciendo miles de prisioneros y apoderándose de grandes cantidades de suministros, antes de continuar más profundamente dentro de Egipto.

La Primera Batalla de El Alamein tuvo lugar en julio de 1942. Las fuerzas Aliadas se habían retirado al último punto defendible antes de Alejandría y el Canal de Suez. El Afrika Korps, sin embargo, había agotado sus suministros y los defensores pararon su empuje. La Segunda Batalla de El Alamein ocurrió entre el 23 de octubre y el 3 de noviembre. El Teniente General Bernard Montgomery estaba al mando de las fuerzas Aliadas conocidas como el 8º Ejército. Los Aliados iniciaron entonces su ofensiva y, a pesar de una dura resistencia inicial de los italianos y alemanes, triunfaron al final. Después de la derrota alemana en El Alamein, las fuerzas del Eje efectuaron con éxito una retirada estratégica hacia Túnez.
La Operación Torch fue efectuada por los Estados Unidos, Gran Bretaña y las fuerzas de la Francia libre el 8 de noviembre de 1942, para ganar el control del Norte de África a través de desembarcos simultáneos en Casablanca, Orán y Argelia, seguidos unos pocos días después por un desembarco en Bône, la puerta de entrada a Túnez. Las fuerzas locales de la Francia de Vichy opusieron una resistencia mínima antes de someterse a la autoridad de la Francia libre del general Henri Giraud. Como represalia, Hitler invadió y ocupó la Francia de Vichy, mientras Mussolini ocupó Córcega y la costa azul francesa hasta el Ródano. Las fuerzas alemanas e italianas, que habían ocupado Túnez, fueron cogidas en un movimiento de pinza por los avances Aliados, desde Argelia en el oeste y desde Libia en el este. La victoria táctica de Rommel contra las fuerzas inexpertas de los estadounidenses en la Batalla del paso de Kasserine, sólo pospuso un tiempo la eventual rendición de las fuerzas del Eje en el Norte de África en mayo de 1943.

En 1943, el Eje casi tuvo éxito en la supresión de la resistencia partisana yugoslava. Desde enero a abril, se forzó a las guerrillas a huir hacia el este, en condiciones invernales sobre el duro terreno de Bosnia, sufriendo graves pérdidas, y cruzando eventualmente el río Neretva (Batalla del Neretva), asegurando su puesto de mando y su hospital. Continuaron hacia el este, incapacitando las fuerzas chetniks del área, y cayeron en un embolsamiento alemán casi fatal en el valle de Sutjeska a últimos de mayo.

Transcurso de la guerra

La Segunda Guerra Sino-japonesa comenzó en 1937, cuando Japón atacó en profundidad a China desde su plataforma en Manchuria. El 7 de julio de 1937, Japón, después de haber ocupado Manchuria desde 1931, lanzó otro ataque contra China cerca de Pekín, la capital del norte. Los japoneses terminaron de ocupar el norte rápidamente, pero fueron detenidos finalmente en la Batalla de Shangai. Después de combatir alrededor de la ciudad por más de tres meses, Shangai finalmente cayó ante los japoneses en noviembre de 1937, y la capital del sur, Nanjing, cayó poco después. Como resultado, el Gobierno nacionalista chino trasladó su sede a Chongqing durante el resto de la guerra. Las fuerzas japonesas cometieron brutales atrocidades contra los civiles y los prisioneros de guerra en la Masacre de Nanking, matando unos 300.000 civiles en un mes. Ni Japón ni China declararon oficialmente la guerra por la misma razón: ambos temían que una declaración de guerra alienaría a Europa y a los Estados Unidos.

Debido a que la guerra en China se prolongaba más de lo planeado, los oficiales nacionalistas del Ejército Guandong reanudaron la lucha por el control de Mongolia y Siberia con Rusia. En la primavera de 1939, fuerzas soviéticas y japonesas chocaron en la frontera de Mongolia. El 8 de mayo, 700 jinetes mongoles cruzaron el río Khalka, río que los japoneses consideraban como la frontera de Manchukuo, pero los gobiernos soviético y mongol decían que la frontera se encontraba 35 kilómetros más al este. Las fuerzas mongolas y manchúes empezaron a dispararse, y en pocos días sus patrones soviéticos y japoneses habían enviado grandes contingentes militares, lo que derivó inmediatamente en una lucha, que condujo a una guerra a gran escala que duró hasta septiembre. La creciente presencia japonesa en el Lejano Oriente, fue vista por la Unión Soviética como una amenaza estratégica importante, y los soviéticos temían tener que luchar en una guerra de dos frentes, lo que fue una de las principales razones para el Pacto Ribbentrop-Mólotov con los nazis. Al final, los japoneses fueron derrotados decisivamente por los soviéticos bajo el mando del general Georgi Zhúkov en la Batalla de Khalkhin Gol.

Después de esta batalla, la Unión Soviética y Japón estuvieron en paz hasta 1945. Japón miró entonces hacia el sur para expandir su imperio, lo que condujo a un conflicto con los Estados Unidos por las Filipinas y el control de las líneas de navegación de las Indias Orientales Neerlandesas. La Unión Soviética se enfocó en el oeste, aunque dejó un importante número de tropas para vigilar la frontera con Japón, pero serían retiradas en 1941.

En Europa

Durante la elaboración del Tratado de Versalles, se presentó el problema de la compensación que Alemania debía pagar a los vencedores. El Reino Unido obtuvo la mayor parte de las colonias alemanas en África y Oceanía (aunque algunas fueron a parar a Japón y a Australia). Por su parte, Francia, en cuyo suelo se desarrolló la mayoría de los combates del frente occidental, recibió el pago de una gran indemnización y la recuperación de Alsacia y Lorena, que habían sido anexadas a Alemania por Otto von Bismarck tras la Guerra Franco-prusiana en 1870.

En el Imperio ruso, la Dinastía Románov había sido derrocada y reemplazada por un gobierno provisional que a su vez fue derrocado por los bolcheviques de Lenin y Trotsky. Después de firmar el humillante Tratado de Brest-Litovsk, los bolcheviques tuvieron que hacer frente a una guerra civil, que vencieron, creando la URSS en 1922. Sin embargo, ésta había perdido enormes territorios por haberse retirado prematuramente de la guerra. Estonia, Letonia, Lituania y Polonia resurgieron en el mapa a partir de una mezcla de territorios rusos y alemanes tras el tratado de Versalles.

En Europa Central, nuevos estados aparecieron tras el desmembramiento del Imperio Austrohúngaro: Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia, que además tuvo que ceder territorios a la nueva Polonia, a Rumanía y a Italia.

En Alemania, la visión popular del Tratado de Versalles era muy negativa: bajo su cobertura legal se había desmembrado el país, la economía alemana se veía sometida a pagos y servidumbres a los Aliados considerados abusivos, y el estado carecía de fuerzas de defensa frente a amenazas externas, sobre todo por parte de la URSS, que ya se había mostrado dispuesta a expandir su ideario político por la fuerza. Esta situación percibida de indefensión y represalias abusivas, combinada con el hecho de que nunca se llegó a combatir en territorio alemán, hizo surgir la teoría de la Puñalada por la espalda, la idea de que en realidad la guerra se podía haber ganado si grupos extranjeros no hubieran conspirado contra el país, lo que hacía aún más injusto el ser tratados como perdedores. Surgió así un gran rencor a nivel social contra los Aliados, sus tratados, y cualquier idea que pudiera surgir de ellos.

La desmovilización forzosa del ejército hasta la fuerza máxima de 100.000 hombres permitida por el tratado (un tamaño casi testimonial respecto al anterior) dejó en la calle a una cantidad enorme de militares de carrera que se vieron obligados a encontrar un nuevo medio de subsistencia en un país vencido, con una economía en pleno declive, y tensión social. Todo eso favoreció la creación y organización de los Freikorps, así como otros grupos paramilitares. La lucha de los Freikorps y sus aliados contra los movimientos revolucionarios alemanes como la Liga Espartaquista (a veces con la complicidad o incluso el apoyo de las autoridades) hizo que tanto ellos como los segmentos de población que les apoyaban se fueran inclinando cada vez más hacia un ideario reaccionario y autoritario, del que surgiría el nazismo como gran aglutinador a finales de los años 20 e inicios de los 30. Hasta entonces, había sido un partido en auge, pero siempre minoritario; un intento prematuro de hacerse con el poder por la fuerza (el Putsch de Múnich) acabó con varios muertos, el partido ilegalizado y Hitler en la cárcel. Es durante ese periodo de encarcelamiento que escribió el Mein Kampf (Mi lucha), el libro en el que sintetizó su ideario político para Alemania.

El caldo de cultivo existente a nivel social, combinado con la Gran Depresión de inicios de los 30 hizo que la débil República de Weimar no fuera capaz de mantener el orden interno; los continuos disturbios y conflictos en las calles incrementaron la exigencia de orden y seguridad por parte de sectores de la población cada vez más amplios. Sobre esa ola de descontento y rencor, el Partido Nazi, liderado por Adolf Hitler se presentó como el elemento necesario para devolver la paz, la fuerza y el progreso a la nación. Los ideólogos del partido establecieron racionalizaciones que justificaban todas las ideas que hoy día resultan controvertidas en su ideario: la remilitarización era imprescindible para librarse del yugo opresor de las antiguas potencias Aliadas; la inestabilidad del país era ocasionada por movimientos sociales de base extranjera (comunistas) o grupos de presión no alemanes (judíos), culpables además de haber apuñalado por la espalda a la Gran Alemania en 1918; además, Alemania tiene derecho a recuperar los territorios que fueron suyos, así como asegurarse el necesario espacio vital para asegurar su crecimiento y prosperidad. Todas estas ideas quedaron condensadas en el Mein Kampf.

Partiendo de las afrentas reales y comprobables causadas por el Pacto de Versalles, los nazis lograron racionalizar las partes más duras de su ideario, de modo que potenciaron, alimentaron y extendieron la necesidad de reparación en la sociedad alemana, mezclando los problemas reales con las necesidades de su propio programa político, presentando el militarismo y la adherencia a la disciplina fascista como las únicas vías capaces de reconducir la situación. Del mismo modo se justificó la represión brutal de cualquiera que no pensara del mismo modo o fuera percibido como un enemigo del estado. Y el clima existente a causa del Pacto hizo que a la sociedad en general no le preocupase lo más mínimo el incumplimiento de cualquier tipo de tratado internacional. Hasta 1932, el NSDAP fue incrementando su cuota electoral en las elecciones federales, manteniendo un estilo político igual de bronco y agresivo que el que practicaba en la calle.

En noviembre de 1932 tienen lugar las octavas elecciones federales alemanas, en las que el NSDAP perdió algo más de un 4% de votos, quedando en un 33,1%. Al ser la lista más votada, y ante la imposibilidad de lograr una opción de consenso entre las demás fuerzas políticas, el presidente Hindemburg nombra canciller a Hitler y le ordena formar gobierno. El 27 de febrero de 1933, un incendio inexplicable arrasa el Reichstag, la sede del parlamento alemán. A raíz del mismo, Hitler declara el estado de excepción. Pronto surge desde el partido nazi la acusación de que los comunistas son los instigadores de la quema, y Hitler logra que un Hindenburg ya muy mermado de salud firme el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo tanto al partido comunista como a cualquier organización afín al mismo. Con sus principales enemigos políticos ilegalizados, Hitler procede a convocar las novenas elecciones federales alemanas el 5 de marzo de 1933, logrando esta vez un 43,9% de votos y pasando a gobernar, en coalición con el DNVP, en mayoría absoluta. Una vez conseguido el poder político, la noche del 30 de junio al 1 de julio de 1934, Hitler se quita de encima a los principales opositores políticos que aún tenía, tanto de su partido como de los otros, en la llamada Noche de los cuchillos largos. Con esta acción de fuerza logró también el apoyo del ejército y la industria.
Rápidamente, Hitler restauró en Alemania el servicio militar generalizado que había sido prohibido por el Tratado de Versalles, remilitarizó la Renania en 1936 y puso en práctica una política extranjera agresiva, el pangermanismo, inspirada en la búsqueda del Lebensraum, destinada a reagrupar en el seno de un mismo estado a la población germana de Europa central, comenzando por Austria (Anschluss) en marzo de 1938. El principal objetivo declarado de la política exterior alemana de la época inmediatamente anterior a la guerra era, por una parte, la recuperación de esos territorios, así como del Corredor polaco y la Ciudad libre de Dánzig, en los antiguos territorios de Prusia perdidos por Alemania después de 1918. Esas reclamaciones territoriales constantes constituían elementos importantes de inestabilidad internacional, pues Berlín reivindicaba abiertamente su restitución, de forma cada vez más agresiva, con la intención de reconstruir la Gran Alemania.

El apoyo al levantamiento militar del General Francisco Franco en España por parte de Italia y Alemania con tropas y armamento desafió abiertamente al acuerdo de no-intervención en el conflicto civil (Guerra Civil Española) de las naciones extranjeras. Hitler había firmado ya el Pacto de Acero con Mussolini, el único de los dirigentes europeos con un ideario similar. El apoyo a las fuerzas franquistas fue un intento de establecer un estado fascista controlando el acceso al Mediterráneo con vistas a una futura guerra europea, algo que solo les funcionó a medias.

El oeste de Checoslovaquia (la región conocida como los Sudetes) era el hogar de una gran cantidad de población de ascendencia germana, cuyos derechos, según el gobierno alemán, estaban siendo infringidos. La anexión de los Sudetes fue aceptada en Múnich en septiembre de 1938 tras una conferencia tripartita entre Alemania, Francia y Gran Bretaña, donde el francés Édouard Daladier y el primer ministro inglés Neville Chamberlain, siguiendo una Política de apaciguamiento, confiaron en que sería la última reivindicación de la Alemania nazi. Hitler había transmitido personalmente esa idea a Chamberlain, tras entregarle un conjunto de informes con supuestas atrocidades cometidas contra habitantes alemanes en los Sudetes. La postura inglesa y francesa se debía en gran parte a la reticencia de sus poblaciones a verse envueltos de nuevo en una guerra a escala mundial, así como al convencimiento (sobre todo por parte de ciertos sectores de la sociedad inglesa) de que realmente el Tratado de Versalles había sido excesivo.

Sin embargo, en marzo de 1939 los ejércitos de Alemania entraron en Praga y asumieron el control de los territorios checos restantes. El día siguiente Hitler, desde el Castillo de Praga, proclamó el Protectorado de Bohemia y Moravia, a la vez que propició la aparición del estado títere de Eslovaquia. También se apoderó del territorio de Memel, perteneciente a Lituania. El fracaso del apaciguamiento demostró a las potencias occidentales que no era posible confiar en cualquier tratado que pudiera firmarse con Hitler, así como que sus aspiraciones de poder y expansión no podían seguir siendo toleradas. Polonia y Francia firmaron un acuerdo de mutua defensa el 19 de mayo de 1939, que posteriormente también suscribió Gran Bretaña.

Por su parte, Alemania y la URSS firmaron el 23 de agosto del mismo año el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que incluía un protocolo secreto por el que ambas potencias se dividían Europa central en esferas de influencia, incluyendo la ocupación militar. El tratado establecía el comercio e intercambio de petróleo y comida de la URSS a Alemania, reduciendo así el efecto de un futuro bloqueo por parte de Gran Bretaña como el que casi había ahogado a Alemania en la Primera Guerra Mundial. Hitler pasó entonces a centrarse en la preparación del futuro conflicto con los Aliados cuando, como pretendía, invadiera Polonia con el fin de incorporarla a Alemania. La ratificación del tratado de defensa entre Polonia y el Reino Unido no alteró sus planes.
Benito Mussolini se había convertido en líder indiscutido de Italia durante ese mismo período de entreguerras. Expulsado del Partido Socialista Italiano por apoyar la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial, en 1919 fundó los Fasci italiani di combattimento, grupo militar integrado por excombatientes, que reprimían a los movimientos denominados obreros y al partido socialista; era por tanto análogo a los Freikorps alemanes tanto en ideario como en actuación. El fascismo creado por Mussolini defendía un régimen militarista, autoritario, nacionalista, que centralizara el poder en una persona y un movimiento (Partido Nacional Fascista en el caso italiano) y contrario a las instituciones democráticas. Los fascistas tomaron como emblema el fascio, antiguo símbolo de poder entre los romanos, consistente en un haz de varas con un hacha en el centro.

En estos años los movimientos obrero y campesino se manifestaron de manera más radical al tomar las fábricas y las tierras bajo su control, en un intento por imitar la revolución rusa. Los industriales y terratenientes, asustados por esta amenaza a sus intereses, apoyaron económicamente a los Fasci di combattimento. En septiembre de 1922 los camisas negras, como también eran conocidos los fascistas, organizaron una marcha sobre Roma, para presionar al gobierno por la incapacidad de resolver la situación económica. En respuesta, Víctor Manuel III nombró a Mussolini primer ministro. Este empezó a autodenominarse Duce ('Caudillo'), y estableció un gobierno totalitario. Creó el Gran Consejo Fascista que controló el Parlamento. Persiguió a los sindicatos, al Partido Socialista, prensa contraria a su gobierno, y a la Iglesia. Suprimió las libertades individuales y el derecho de huelga. Controló los medios de comunicación y solo permitió propaganda que exaltara el nacionalismo y el fascismo. También introdujo el militarismo en el sistema educativo italiano.

Del mismo modo que Hitler en Alemania, Mussolini defendía el derecho de Italia a la expansión territorial, de grado o por fuerza. Mussolini comenzó una gran campaña expansionista conocida como el colonialismo italiano. Estableció colonias en Somalia, Eritrea y Libia, y conquistó por la fuerza Abisinia y Albania, ignorando las protestas de la Sociedad de Naciones.

Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado más grande y sangriento de la historia mundial, en el que se enfrentaron las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945. Fuerzas armadas de más de setenta países participaron en combates aéreos, navales y terrestres. Por efecto de la guerra murió alrededor del 2% de la población mundial de la época (unos 60 millones de personas), en su mayor parte civiles. Como conflicto mundial comenzó el 1 de septiembre de 1939 (si bien algunos historiadores argumentan que en su frente asiático se declaró el 7 de julio de 1937) para acabar oficialmente el 2 de septiembre de 1945.